Índice de precios en origen y destino de los alimentos (IPOD) septiembre 2010 Array Imprimir Array

El diferencial de los precios entre el campo y la mesa sigue siendo demasiado alto.

Los precios se multiplican casi por cuatro antes de llegar a los consumidores En septiembre el mayor diferencial origen-destino se dio en las hortalizas: el repollo con un diferencial de 631%, en las frutas: el melocotón con un 580% y en la carne: la ternera con un 389%.

En general, el Índice de Precios de Origen y Destino (IPOD) alcanzó el 3,76%. El IPOD agrícola alcanzó el 3,94% y el ganadero el 3,09%.

En septiembre, el mayor diferencial entre los precios en origen y destino lo presentaron las hortalizas y en primer lugar el repollo con un diferencial del 631%, seguido por los pimientos verdes con un 434%, el brócoli con un 398%, el tomate para ensalada con un 376% y la lechuga con un 309%.

En las frutas presentaron un mayor diferencial el melocotón con un 580% y las peras con un 509%. Les siguen la nectarina con un 462%, el plátano con un 424% y la manzana con un 406%.

En los productos ganaderos presentan mayor diferencia de precios entre el campo y la mesa la ternera con un 389% y el cerdo con un 321%.

En general, el Índice de Precios de Origen y Destino (IPOD) alcanzó el 3,76%. El IPOD agrícola alcanzó el 3,94% y el ganadero el 3,09%.

El Índice de Precios en Origen y Destino de los alimentos, más conocido como IPOD, recoge la evolución mensual de los 25 alimentos básicos en nuestra dieta.

Esta iniciativa se enmarca dentro del acuerdo de colaboración firmado entre COAG, UCE y CEACCU con el objetivo de establecer estrategias conjuntas que acaben con el desequilibrio existente en el mercado de productos agrarios, dominado por la gran distribución comercial. Las tres organizaciones han mantenido siempre que es imprescindible conseguir un mercado agrario transparente en el que los agricultores reciban precios justos por sus productos y los consumidores puedan adquirirlos a precios razonables y asequibles.

UCE, COAG y CEACCU insisten en que la alimentación no puede estar en manos de la especulación y que es necesario un proceso de diálogo y negociación donde estén representados consumidores y agricultores para plantear nuevas líneas de actuación en este sector.